La diversidad en la orientación sexual es tan antigua como la propia humanidad, pero se ha mantenido siempre bajo perfil. Por lo cual y salvo en ciertos período en que la filosofía imperante era más libre y rica en variantes, tal como sucedió en determinados períodos de la Antigua Grecia y el Imperio Romano, nunca se aceptó con naturalidad. La excepción es la mística poetisa Safo, nacida en la paradisiaca isla de Lesbos y que vivió en una época en la que su isla tuvo un papel decisivo en el nacimiento de la lírica occidental. En su poética; la sensualidad, el deseo y el sentimiento religioso espiritual se funden en una búsqueda de valores opuestos a los tradicionales de su tiempo.
Otras excepciones se dieron en algunas sociedades poligámicas que consideraron que las mujeres del harén podían entretenerse entre sí con juegos sexuales pero cuya única finalidad era el estar “mejor” preparadas. Al igual que en la Antigua Roma, en la cual incluso se promovía el sexo entre mujeres adolescentes para que fueran aprendiendo a conocer sus cuerpos y prepararse para el matrimonio heterosexual.
Sin embargo todas estas prácticas son vistas como si no tuviesen trascendencia, o como si no dejasen huellas en la identidad sexual femenina que finalmente deberá inclinarse por la atracción hacia el sexo opuesto. Además claro, existe el concepto que el sexo es sólo válido cuando incluye la penetración masculina.
Por otro lado, para los valores judeo-cristianos la homosexualidad de ambos sexos es considerada simplemente como “anti-natura”. El igual que cualquier disfrute asociado al cuerpo y al erotismo, salvo que el objetivo sea la reproducción.
Y bueno, con este tipo de pensamiento es inevitable que surja en las sociedades la discriminación y el considerar a quienes se atreven a vivir sus vidas con alegría, como ciudadanos de segunda clase.
Sucede también que las mujeres sufren de una doble discriminación: primero, claro, son mujeres y todo el rol que ello conlleva y que se asigna inevitablemente como madres, hijas, amas de casas o simplemente “servidoras” de un mundo masculinizado. Y segundo, son homosexuales.
Sin embargo, tanto la Asociación Psiquiátrica Americana y la Asociación Psicológica Americana, afirmaron en 1972 y 1973 que los homosexuales (hombres o mujeres) no son personas enfermas y sólo manifiestan su orientación sexual. Y eso hace más de 30 años ya, que hace tan increíble que siga la gente discriminando a quienes "parecen" ser diferentes.
Mi libertad termina cuando empieza la del otro, por tanto nadie debería sentirse con la “libertad” de juzgar a quien decide disfrutar de su sexualidad y su cuerpo.
Otras excepciones se dieron en algunas sociedades poligámicas que consideraron que las mujeres del harén podían entretenerse entre sí con juegos sexuales pero cuya única finalidad era el estar “mejor” preparadas. Al igual que en la Antigua Roma, en la cual incluso se promovía el sexo entre mujeres adolescentes para que fueran aprendiendo a conocer sus cuerpos y prepararse para el matrimonio heterosexual.
Sin embargo todas estas prácticas son vistas como si no tuviesen trascendencia, o como si no dejasen huellas en la identidad sexual femenina que finalmente deberá inclinarse por la atracción hacia el sexo opuesto. Además claro, existe el concepto que el sexo es sólo válido cuando incluye la penetración masculina.
Por otro lado, para los valores judeo-cristianos la homosexualidad de ambos sexos es considerada simplemente como “anti-natura”. El igual que cualquier disfrute asociado al cuerpo y al erotismo, salvo que el objetivo sea la reproducción.
Y bueno, con este tipo de pensamiento es inevitable que surja en las sociedades la discriminación y el considerar a quienes se atreven a vivir sus vidas con alegría, como ciudadanos de segunda clase.
Sucede también que las mujeres sufren de una doble discriminación: primero, claro, son mujeres y todo el rol que ello conlleva y que se asigna inevitablemente como madres, hijas, amas de casas o simplemente “servidoras” de un mundo masculinizado. Y segundo, son homosexuales.
Sin embargo, tanto la Asociación Psiquiátrica Americana y la Asociación Psicológica Americana, afirmaron en 1972 y 1973 que los homosexuales (hombres o mujeres) no son personas enfermas y sólo manifiestan su orientación sexual. Y eso hace más de 30 años ya, que hace tan increíble que siga la gente discriminando a quienes "parecen" ser diferentes.
Mi libertad termina cuando empieza la del otro, por tanto nadie debería sentirse con la “libertad” de juzgar a quien decide disfrutar de su sexualidad y su cuerpo.
- Caro
2 comentarios:
dama en la ventana!
muy buen blog!
excelente!
eeey invitada a pasar a el mio!
un besoo ciao ciao
Creo que independiente de la visión que cualquiera pudiese tener sobre la Homosexualidad, el cuerpo, las ideas y el pensamiento, incluyo de manera obvia a la sexualidad es pertenencia y responsabilidad propia y uno no puede estar acusando o apuntando con el dedo simplemente por no compartir los deseos y anhelos de alguien, en lo personal considero que la homosexualidad valga la redundancia es una opción personal de quien la toma y eso no delimita ni clasifica a una persona ya que los seres humanos somos mas complejos y completos y no podemos limitar a una persona por quien se acuesta o las decisiones que toma en una cama detrás de 4 paredes.
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