martes, 28 de octubre de 2008

Arco & flecha

Para Adrianne Rich la maternidad es admirable, pero fundamentalmente si la madre y la hija o el hijo están vinculados a un padre legal. La maternidad fuera del matrimonio o la maternidad lesbiana, son vejadas, humilladas o, en el mejor de los casos, ignoradas.

Felizmente, el concepto de la madre soltera ha cambiado un poco y se ha puesto énfasis en las experiencias de vida y superación tras la decisión de tener un hijo o una hija. Ya que el concepto de familia se vive y sigue siendo la unidad básica de la sociedad, aunque no siempre la base de ésta sea el matrimonio como condiciona la
BCN para las familias en Chile, ya que hoy, además de las monoparentales, se experimentan diversos modos de hacer familia.

9 meses después del proceso en el que una mujer lesbiana logra la fecundación, vienen los pañales, las malas noches y el infinito vínculo de amor que existe entre una madre y su hijo o hija. Algunos años más tarde, llegan las preguntas. Entonces, ¿cuál es el momento indicado para hablar con ellos o ellas? ¿Cómo explicarles que su madre está enamorada o se siente atraída hacía una mujer? ¿Cómo transformarse en una influencia positiva en su vida?
Son preguntas razonables que una lesbiana que asume su maternidad debe sentir, y que bueno, después de preguntarse cómo hablar con los padres y “salir del closet”, debe preguntarse y entender cómo hacerlo con sus hijas o hijos.
Pero bueno, de alguna manera la culpa que algunas lesbianas sienten condiciona sus acciones, como el mismo hecho de conversar con sus hijos o hijas.
El imaginario social ataca en especial cuando se intenta mantener la inocencia en la infancia bajo un discurso conversador. Lo que hace que muchas madres lesbianas piensen que pueden “enfermarlos” o traumatizarlos. Demás está decir que, en realidad, las situaciones que enferman a los niños no es el tipo de vínculo de pareja que tenga el padre o la madre, sino más bien el no brindarles un espacio íntimo de amor, sin violencia, sin abusos y donde sean escuchados y respetados.
Por otro lado, la compañía de otras mujeres que estén en situaciones similares ayuda a la madre a no sentirse sola en el mundo. Factor importante para transmitir confianza. Además la manera en la que la madre vive su lesbianismo es importante para el concepto que vayan creando los hijos e hijas, ya que es un deber de cada uno de nosotros como adultos educar a los niños para que el mundo sea un mejor lugar mañana, porque el mismo hecho de vivir el lesbianismo de manera natural, sin culpa alguna o vergüenza, se transmite a todas las personas, incluyendo a hijos e hijas. Así pueden percibir el amor sin limitaciones sociales, de clase, raza o sexo. Porque como indica la BCN, es en el núcleo familiar (padres e hijos) donde se aprende a dialogar, escuchar, conocer y desarrollar derechos y deberes como persona.
Independiente de lo que la BCN piense que es o no una familia, es innegable que un niño o una niña que puede desarrollarse en un espacio donde es respetado será capaz de hacer cumplir, no sólo sus deberes y derechos, sino también de respectar la diversidad, lo que incluye la decisión de sus propias madres.

Khalil Gibran, en su libro El Profeta, escribió sobre los hijos: “vuestros hijos no son vuestros hijos. Ellos son los hijos y las hijas de la Vida que trata de llenarse de sí misma. (…) Les podeís dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, porque ellos tienen sus propios pensamientos. (…) Vosotros sois los arcos con los que vuestros hijos, como flechas vivientes son lanzados a la Vida. (…) Haced que la forma en que dobleís el arco en vuestra mano sea para alegría”.

Dicen que el amor todo el puede y que el tiempo todo lo cura. Pero también que todo es distinto con guitarra.



- Caro
Fuentes:
Libro "El Profeta" - Khalil Gibran

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